Y digo yo: si hay tantas escritoras talentosas, ¿cómo puede ser que, en los últimos 36 años, no haya habido ninguna que mereciera el Premio Nacional de la Crítica?
Eso digo yo. Da la sensanción de que la historia de la literatura la siguen escribiendo los hombres cuando está de sobras demostrado que nosotras tenemos mucho que decir. ¡¡Ay, cuánto nos queda por hacer todavía!! (y no sólo en la literatura)
Mi hija tiene 7 años y le gusta mucho jugar al fútbol. Lo hace bastante bien. Todos los días se queja de que sus compañeros del colegio no la dejan jugar. Cuando lo consigue, los de su propio equipo no le pasan el balón. Y cuando al fin, robándole el balón a algún compañero, mete un gol, los pequeños rastreros, le dicen que su gol no vale. Con el alma en los pies, pienso, hija vete acostumbrando. (Mar Horno).
No, en el jurado también hay mujeres, Ludo, es que sexo y género no es lo mismo, como bien ha señalado la teoría (e indignado a la Academia). Hay algo bastante más complejo en esta discriminación "positiva" que se establece en todos los lugares de prestigio literario, que los hombres se reparten entre sí tomándose una cuota, en este caso, del 100%.
Qué duro lo que cuentas, Mar. Me siento un poco así, como mujer escritora hay un juego en el que no me pasarán nunca el balón. O tendré que perder todo el tiempo del mundo para conseguirlo, cuando para los hombres es simplemente natural.
Pobre Hornito!!!!O pobre pancito, no sè còmo corresponderà decirle a la hija de Mar...Yo le dirìa que siguiera jugando...y que sus goles claro que valen.
Mis alumnas de la universidad, de 19 años, dicen que ellas solucionaràn esos temas...como estudian Economìa, puede ser...
Seguro, María. Quien controla el dinero, controla el mundo. A la niña le he dicho que se cambie al tenis, que es el único deporte con el que una mujer puede ganar y a la gente le gusta mucho. No sé si será por las falditas. Puede ser. Un besito. Mar.
Qué triste, Mar. Eso, sin embargo, la hará fuerte. No queda otra salida que la fortaleza. Imagínate, 36 años llevan sin pasarnos la pelota los críticos y seguimos escribiendo. Un abrazo enorme para tu niña y una responsabilidad muy grande para los que sólo tenemos hijos. Para educarlos de modo que esto nunca pase.
Sí, Isabel, la educación es los más importante. Yo a veces miro las caritas de mis hijas, temiendolo por lo que les espera en el futuro fuera de mis alas y a me roe un pensamiento quizás piadoso: - ojalá hubiesen nacido niños. Mar
No, no. Nada de ojalá hubiese nacido niños. Niñas y de armas tomar. Yo ya les enseño y recuerdo que no tolerene la más mínima flata de respeto ni a su inteligencia ni a su físicop ni a su capacidad. Y en casa ven las tareas totalmente compartidas, es más yo los fines de semana no piso la cocina ;)
Nosotras sigamos escribiendo, ya veremos qué pasa...
Creo, Clara, que lo que dices acerca de la diferencia entre género y sexo esconde parte de la solución del enigma. Para acceder al poder la mayoría de las mujeres se ven abocadas a comportarse como hombres y una vez instaladas hay que luchar duramente para permanecer. Seguramente, muchas de ellas ni siquiera toman conciencia de esa transpapelación lo que las hace cómplices del mantenimiento del statos quo patriarcal.
Por eso, hay que sospechar de la tan magnificada igualdad. Lo contrario de la igualdad es la desigualdad no la diferencia. Acentuemos las diferencias, pues. Y sí, escribamos, escribamos, escribamos sin buscar premios ni castigos, pero denunciando la desigualdad.
Los premios son un mecanismo de inclusión literaria, son los que hacen que se reconozca la obra de un escritor. Por lo tanto, los queremos también. ¿No es raro que un organismo que depende del Estado permita una conducta tan sexista? ¿En 36 años no ha habido ninguna escritora que merezca ser premiada? Y luego hablan de las cuotas para las mujeres como de algo escandaloso... Para ganar el premio de la crítica hay que tener una buena obra, pero ante todo, hay que ser hombre. Y luego se asombran de que haya violencia machista.
Tenemos aquí mismo el retrato de la sociedad. Sólo veo a un hombre que ha comentado este post. Curioso, por decir algo. Es natural todo, en el hombre. Y es doblemente terrible, la vida de las mujeres. hay que estar reivindicando hasta en sueños, y luego se nos llama feministas, como si fuese una enfermedad contagiosa.
"(...) las hijas de los hombres con educación siempre han ejercido el pensamiento sobre la marcha; no bajo verdes lámparas en mesas de estudio, no en claustros de aisladas universidades. Han pensado mientras vigilaban el puchero, mientras mecían la cuna. Así conquistaron para nosotras el derecho a nuestra flamante moneda de seis peniques. A nosotras corresponde seguir pensando. ¿Cómo vamos a gastar los seis peniques? Debemos pensar. Pensemos mientras estamos en las oficinas, en los autobuses; mientras en pie entre la multitud contemplamos coronaciones y celebraciones municipales (...) Jamás dejemos de pensar: ¿Qué es esa civilización en la que nos hallamos? ¿Qué son esas ceremonias y por qué hemos de participar en ellas? ¿Qué son esas profesiones y por qué hemos de ganar dinero con ellas? ¿A dónde, en resumen, nos lleva ese desfile de hijos varones de hombres con educación? ".
Virginia Woolf. Tres guineas. 1999. Lumen. Madrid.
Cierto carmen, no quiero ser excluida de las listas de premiadas por ser mujer. El tema del reconocimiento es delicado. Como el arte de la funambulista. Y, sí, parece que hay ganadoras... como dice Zsole, pero aún así se nos ha ignorando tanto, tanto, que podemos indignarnos tranquilamente.
21 comentarios:
Eso digo yo. Da la sensanción de que la historia de la literatura la siguen escribiendo los hombres cuando está de sobras demostrado que nosotras tenemos mucho que decir. ¡¡Ay, cuánto nos queda por hacer todavía!! (y no sólo en la literatura)
Supongo que el truco está en el sexo de los que votan este premio...
Mi hija tiene 7 años y le gusta mucho jugar al fútbol. Lo hace bastante bien. Todos los días se queja de que sus compañeros del colegio no la dejan jugar. Cuando lo consigue, los de su propio equipo no le pasan el balón. Y cuando al fin, robándole el balón a algún compañero, mete un gol, los pequeños rastreros, le dicen que su gol no vale. Con el alma en los pies, pienso, hija vete acostumbrando. (Mar Horno).
No, en el jurado también hay mujeres, Ludo, es que sexo y género no es lo mismo, como bien ha señalado la teoría (e indignado a la Academia). Hay algo bastante más complejo en esta discriminación "positiva" que se establece en todos los lugares de prestigio literario, que los hombres se reparten entre sí tomándose una cuota, en este caso, del 100%.
Qué duro lo que cuentas, Mar. Me siento un poco así, como mujer escritora hay un juego en el que no me pasarán nunca el balón. O tendré que perder todo el tiempo del mundo para conseguirlo, cuando para los hombres es simplemente natural.
Es que es durísimo tener que demostrar el doble para conseguir lo mismo, mucho menos o nada. Un beso Clara. (Mar Horno).
Mira que somos recalcitrantes; a ver cuando nos enteramos de que no somos tan buenas como ellos, chicas. Ay.
Pobre Hornito!!!!O pobre pancito, no sè còmo corresponderà decirle a la hija de Mar...Yo le dirìa que siguiera jugando...y que sus goles claro que valen.
Mis alumnas de la universidad, de 19 años, dicen que ellas solucionaràn esos temas...como estudian Economìa, puede ser...
Seguro, María. Quien controla el dinero, controla el mundo. A la niña le he dicho que se cambie al tenis, que es el único deporte con el que una mujer puede ganar y a la gente le gusta mucho. No sé si será por las falditas. Puede ser. Un besito. Mar.
Qué triste, Mar. Eso, sin embargo, la hará fuerte. No queda otra salida que la fortaleza. Imagínate, 36 años llevan sin pasarnos la pelota los críticos y seguimos escribiendo. Un abrazo enorme para tu niña y una responsabilidad muy grande para los que sólo tenemos hijos. Para educarlos de modo que esto nunca pase.
Sí, Isabel, la educación es los más importante. Yo a veces miro las caritas de mis hijas, temiendolo por lo que les espera en el futuro fuera de mis alas y a me roe un pensamiento quizás piadoso: - ojalá hubiesen nacido niños.
Mar
PD. A por ellos, Microloca.
No, no. Nada de ojalá hubiese nacido niños. Niñas y de armas tomar. Yo ya les enseño y recuerdo que no tolerene la más mínima flata de respeto ni a su inteligencia ni a su físicop ni a su capacidad. Y en casa ven las tareas totalmente compartidas, es más yo los fines de semana no piso la cocina ;)
Nosotras sigamos escribiendo, ya veremos qué pasa...
Saludo
escribiendo, y señalando los espacios de donde somos, sistemáticamente, excluidas.
Claro Clara ;)
Obvservación y denuncia.
Saludo
Creo, Clara, que lo que dices acerca de la diferencia entre género y sexo esconde parte de la solución del enigma. Para acceder al poder la mayoría de las mujeres se ven abocadas a comportarse como hombres y una vez instaladas hay que luchar duramente para permanecer. Seguramente, muchas de ellas ni siquiera toman conciencia de esa transpapelación lo que las hace cómplices del mantenimiento del statos quo patriarcal.
Por eso, hay que sospechar de la tan magnificada igualdad. Lo contrario de la igualdad es la desigualdad no la diferencia.
Acentuemos las diferencias, pues.
Y sí, escribamos, escribamos, escribamos sin buscar premios ni castigos, pero denunciando la desigualdad.
Los premios son un mecanismo de inclusión literaria, son los que hacen que se reconozca la obra de un escritor. Por lo tanto, los queremos también. ¿No es raro que un organismo que depende del Estado permita una conducta tan sexista? ¿En 36 años no ha habido ninguna escritora que merezca ser premiada? Y luego hablan de las cuotas para las mujeres como de algo escandaloso... Para ganar el premio de la crítica hay que tener una buena obra, pero ante todo, hay que ser hombre. Y luego se asombran de que haya violencia machista.
Tenemos aquí mismo el retrato de la sociedad. Sólo veo a un hombre que ha comentado este post. Curioso, por decir algo.
Es natural todo, en el hombre. Y es doblemente terrible, la vida de las mujeres. hay que estar reivindicando hasta en sueños, y luego se nos llama feministas, como si fuese una enfermedad contagiosa.
Zsole
Ojo: que si hay ganadoras
http://escritoras.com/?p=13963
Zsole
"(...) las hijas de los hombres con educación siempre han ejercido el pensamiento sobre la marcha; no bajo verdes lámparas en mesas de estudio, no en claustros de aisladas universidades. Han pensado mientras vigilaban el puchero, mientras mecían la cuna. Así conquistaron para nosotras el derecho a nuestra flamante moneda de seis peniques. A nosotras corresponde seguir pensando. ¿Cómo vamos a gastar los seis peniques? Debemos pensar. Pensemos mientras estamos en las oficinas, en los autobuses; mientras en pie entre la multitud contemplamos coronaciones y celebraciones municipales (...) Jamás dejemos de pensar: ¿Qué es esa civilización en la que nos hallamos? ¿Qué son esas ceremonias y por qué hemos de participar en ellas? ¿Qué son esas profesiones y por qué hemos de ganar dinero con ellas? ¿A dónde, en resumen, nos lleva ese desfile de hijos varones de hombres con educación? ".
Virginia Woolf. Tres guineas. 1999.
Lumen. Madrid.
¡Qué bien traído ese texto de la Woolf!
Cierto carmen, no quiero ser excluida de las listas de premiadas por ser mujer.
El tema del reconocimiento es delicado. Como el arte de la funambulista.
Y, sí, parece que hay ganadoras... como dice Zsole, pero aún así se nos ha ignorando tanto, tanto, que podemos indignarnos tranquilamente.
Una mujer editora:
http://www.elpais.com/articulo/reportajes/editores/eran/psiquiatras/incluso/amantes/autores/elpepusocdmg/20110417elpdmgrep_8/Tes
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