El arte de la doma
Me siento al borde de la cama y amarro los leones desvencijados que cuelgan sobre mis hombros. Es invierno. Me calzo las vicuñas y una vez anudados los caballos a la cintura, sacudo los cisnes de los brazos. Conviene abotonarse el corazón felino. Los ojos de cóndor me esperan en el joyero. Abro la caja y gira una bailarina. Una figura estúpida que mientras me maquillo el hocico, se ralentiza. Quisiera saltar y tomar la delantera al mundo, pero los guepardos están sin planchar. Tendré que conformarme con estas piernas de mujer que se arrastra hasta la cafetera; que saca las cucharitas del cajón y la taza del armario. Sobre la alacena, todavía acecha el turbio reptil liberado durante el sueño. Él me vigila. Sabe que lo volveré a atrapar. Tengo que encerrarlo antes de que salte sobre mi cabeza y desmane mi triste cuerpo domesticado.
Isabel González González
18 comentarios:
Isabel tiene un talento increíble(pero cierto) para tratar sobre la mujer y lo que piensa y lo que sienta y sus circunstancias de una manera única y peculiar. Me he ido deslizando por el micro dejándome sorprender y asombrar hasta el final.
Enhorabuena, ese libro va a estar lleno de joyitas.
Como un cofre de portentos.
Saludos
...y lo que siente quise decir...
Un micro muy expresivo, que sabe utilizar los recursos de la poesía sin perder la forma narrativa. Me ha encantado, muy potente, arañando lo profundo de las intuiciones y el sueño. Felicidades, Isabel.
Isabel supergenia microloquísima.
Bru-tal
Me doy miedo en esta foto. Como si fuera una máscara. Como si lo oscuro del fondo del paladar se fundiera con lo negro del fondo de la imagen. ¡Parezco hueca, Dios mío! Me voy a cenar a ver si me relleno. Gracias por vuestros comentarios.
Es una foto magnífica para acompañar el relato de una mujer salvaje.
Muy bueno, Isabel. Estoy deseando leer el libro.
Irene.
Isabel, deja la bebida, ¿cómo que pareces hueca?
Un microrrelato espectacular, muy "aminal" (como el del flamenco y Gengis Khan), marca Isabel González al cuadrado. Estupendo. Claro.
Fantástico, espectacular, sorprendente. Yo me quedo con el reptil. Que alborote, que alborote. (Mar Horno).
La foto, maravillosa.
¡Toda tu dentadura al descubierto, enmarcada por una hermosa melena y el mundo en tus manos! Estás hecha una fiera de la escritura, animal.
Con cariño, ya tu sabes.
Bea
Me encantó el lenguaje poético, los secretos que se esconden en cada recodo del micro. Por cierto, la frase "Una figura estúpida que mientras me maquillo el hocico, se ralentiza" también me gusta como micro independiente.
Saludos.
Me encantó el lenguaje poético, los secretos que se esconden en cada recodo del micro. Por cierto, la frase "Una figura estúpida que mientras me maquillo el hocico, se ralentiza" también me gusta como micro independiente.
Saludos.
Isabel es una mujer más talentosa de lo que se puedan imaginar. Trabajar con ella, con Teresa y Eva es divertidísimo. Me encanta lo que dices de la foto, Isabel,y sí, algo edbes haber bebido! Y se agradecen los comentarios sobre la foto, las hicimos en una sesión donde no hubo escritura ni lecturas, pero se podrán imaginar lo bien que nos la pasamos cada una con sus locuras particulares para conseguir un buen retrato. Besos!
Pero bueno, tocaya, hablando bien de mí a mis espaldas. Con lo que le cuesta a una labrarse la mala reputación. Que sepa to'er mundo la mala bestia parda que eres 'señá' escritora, fotógrafa, cuentacuentos y no sé cuántas cosas más. Lo cierto es que las cuatro funcionamos muy bien trabajando juntas. Teresa pone orden y es certera como ninguna, Eva pone la comida y la frescura narrativa, Isabel W. pone la velocidad y los homicidios y yo, pongo una vaca.
Y la poesía, Isabel GG... Nuestras quedadas están siendo lo mejor de los últimos tiempos. La mejor forma de escapar de la realidad es compartir con vosotras esta "aldea".
Lo del orden me ha dado un poco de miedo... Voy a tener que matar más y ser un poco menos obsesivita ¡Uf!
Buff, qué sensación, del desconcierto al desasosiego y la tristeza, con un intermedio de sonrisa (me encantan los guepardos sin planchar). No puedo dejar de imaginarme a la mujer desprendiéndose de las bestias que cobijó en su cuerpo durante la noche, como si arrancara resignada jirones de su propia piel.
Eres única "ladrona de sonrisas".
Muy bueno Isabel, muy bueno.
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