Acabo de leer Santuario, de Edith Wharton, con una buenísima traducción de Pilar Adón (cada vez me gustan más las novelas cortas de la autora, por encima de las famosísimas La edad de la inocencia o Las costumbres nacionales). Rebuscando otros libros de Wharton encuentro Escribir ficción, que contiene una serie de consejos sobre la escritura muy útiles, y expuestos sin la solemnidad o los galimatías de algunos críticos de moda. Alta cocina para escritores, sin ninguna indigestión. Lo comparto con vosotr@s.
Todo tema contiene su propia extensión.
A veces se dice que un "buen tema" para un cuento tendría que ser siempre susceptible de extenderse en una novela. Se puede defender este principio en casos especiales, pero seguramente resultaría equivocado si pretendiéramos hacer una teoría general. Cada "tema" (en el sentido novelístico del término) debe necesariamente contener en sí mismo sus propias dimensiones, y una de las virtudes esenciales del escritor de ficción es la de discernir si el tema que se le presenta, pidiendo ser encarnado, es apropiado para las proporciones de un cuento o de una novela. Si parece que puede adaptarse a cualquiera de los dos, es posible que no sea adecuado para ninguno.
Bibliografía:
- Edith Wharton. Santuario. Trad de Pilar Adón, Introducción de Marta Sanz. Madrid, Impedimenta, 2007.
- Edith Wharton. Escribir ficción. Trad. y prólogo de Amelia Pérez de Villar. Madrid, Ed. Páginas de Espuma, 2011 (Voces/Ensayo, 157).
2 comentarios:
¡qué sabia!
Sí, es curiosa con la naturalidad que habla de literatura y en general dice cosas que resulta muy interesante pensar...
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