Narradora, cuentista, encargada de un taller de redacción de cuento que ya pasa de los 30 años en España, la hispano-argentina Clara Obligado (Buenos Aires, 1950) es una de las autoras publicadas en Sólo cuento y está este año por primera vez en Guadalajara, para presentar el segundo volumen de la antología en la Feria Internacional del Libro, en compañía de la compiladora Ana García Bergua y de algunos de los cuentistas incluidos, como Rosa Beltrán y Hernán Lara Zavala.
27.11.10
Desde la Feria Internacional del Libro de Guadalajara
Narradora, cuentista, encargada de un taller de redacción de cuento que ya pasa de los 30 años en España, la hispano-argentina Clara Obligado (Buenos Aires, 1950) es una de las autoras publicadas en Sólo cuento y está este año por primera vez en Guadalajara, para presentar el segundo volumen de la antología en la Feria Internacional del Libro, en compañía de la compiladora Ana García Bergua y de algunos de los cuentistas incluidos, como Rosa Beltrán y Hernán Lara Zavala.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
14 comentarios:
qué interesante, Clara, a ver si nos cuentas más...
¿Y? ¿Cómo fue la presentación? ¿Y el ambientillo jalisqueño-librero? Cuenta, cuenta...
Es interesantísimo, la verdad, la Feria es gigante y tiene muchísima actividad, además todo funciona al dedillo, horarios, espacios, etc. etc. Ayer asistí a un Filandón con José María Merino y luego nos fuimos a cenar por ahí, muy agradable, era la presentación de la revista Luvina...
Ay! ¡Me encanta lo del filandón! ¿Una reunión de tejedoras? ¿Pero tú no estabas en una feria de libros?
Marisa
un filandón sin tejedoras, pero con cuentos y romances, y con la explicación de lo que eran los filandones de verdad. Los mexicanos estaban realmente encantados, fue un espectáculo precioso.
A tu vuelta nos cuentas con detalle. Un abrazo y disfrútalo.
Una feria 'bien padre' según lo que cuentas. Besosbesos.
Filandón, filandón, ¿qué será filandón? Nunca lo había oído. Lo busco en el diccionario: reunión después de la cena, junto al fuego, para contar historias mientras se realizaban labores textiles. Hacía tiempo que no descubría una palabra tan bonita, un significado más evocador. Me viene a la memoria entonces mi infancia perdida. Durante las sofocantes noches de verano los vecinos se reunían, sentados en sillas de enea, a la puerta de la casa de mi abuela, que lucía siempre su biznaga de jazmines en el pecho, y charlaban hasta la una o las dos de la madrugada porque era imposible dormir por el calor. Entonces se entretejían risas, cuentos, anécdotas, sucesos, cotilleos… las historias fluían alentadas por el movimiento de los abanicos mientras los niños, sentados en el suelo, y mudos para que no se advirtiera nuestra presencia, oíamos boquiabiertos leyendas, relatos, noticias, opiniones e historietas que abrían nuestras mentes al mundo desconocido, a las pasiones, al miedo, a la imaginación… ¡ay, esos días azules, ese sol de la infancia!. Mar Horno.
Eso mismo, pero en plan leonés, es lo que representan Marino y Aparicio y muchas veces también Mateo Díez. Cuentan cuentos, hablan de los trabajos que se hacían durante el Filandón, escenifican una costumbre perdida pero mantienen el gusto por contar. Un placer, la verdad.
Querida Clara: buscándote en la red me encontré con este artículo tan lleno de entusiasmo sobre el presente y futuro del cuento en España. Me encanta lo que contás sobre la Feria en México.
Que lo pases muy bien!
Un saludo afectuoso. Alba
Gracias, Alba, ya estoy de regreso y me dispongo, después de 20 horas de viaje, a dormir una buena siesta... La Feria me resultó interesantísima, la verdad, un verdadero homenaje al amor por los libros.
que interesante
te estoy sigiendo
seguime y compartamos opiniones
Estoy deseando que nos cuentes todo lo uqe se coció por allá. Ese filandón...
Precioso tu país, Pilar, a pesar de todos sus problemas tiene una creatividad admirable, y una literatura fantástica, que todo hay que decirlo...
Publicar un comentario