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15.11.09

La historia de una frustración


Ayer acudimos con entusiasmo a escuchar a Carola Aikin en el festival Ñ pero aquello fue la historia de una frustración: a pesar del título de la mesa, "Puro cuento", y de la buena disposición del coordinador, no se habló de cuento sino de mercado, o de novela, o de narcisismos más o menos frustrados, o de los proyectos económicos que hacen bailar a los escritores bajo la batuta de las grandes editoriales. Dejamos el espacio entonces a Carola para que publique su texto, que no llegó a leer, y damos lugar aquí a un debate que debió darse, pero que no se dio, en el Círculo de Bellas Artes. 

UNA MESA REDONDA SOBRE EL CUENTO, AYER EN EL CIRCULO DE BELLAS ARTES, SALA DE COLUMNAS, ORGANIZADO POR LA FABRICA Y LA REVISTA Ñ


PURO CUENTO 


Este era el tema a debatir ayer a las cuatro de la tarde en la oscuridad de la Sala de Columnas del Circulo, en una mesa redonda colocada en lo alto del escenario e iluminada cual O.V.N.I sobre cuatro cabezas: la mía,  la de dos cuentistas más y la de Juan Casamayor, de Páginas de Espuma, quien había sugerido un guión bien interesante y que consistía en los siguientes puntos:


1. Qué es el cuento: intentar llegar a una “improbable” definición.


2. En qué consiste el oficio del cuentista: reglas, dedicación, herramientas, dificultades.


3. Cuál es el perfil del lector para el que escribís: formación, esfuerzo.


4. El mundo editorial: salidas, presencia comercial, cómo se nos recibe a los cuentistas.


5. Futuro del cuento: crecimiento sostenido versus boom, momento creativo, nuevas tecnologías…


La sala estaba llena….. pobrecitos.


Tras la presentación de Juan tomó la palabra uno de nosotros y empezó lo que sería el primer y último, el único “round” del pobrísimo debate que tendría lugar: el terrible panorama editorial, la gran frustración del cuentista frente al mercado, de la falta de retribución económica, el desprecio al cuento por parte de la mayoría de editoriales, la falta de lectores como consecuencia de todo esto, cómo la novela tenía una respuesta nada que ver…, y dale que te pego con la autoflagelación. En definitiva no se habló nada de lo importante, EL CUENTO, y mucho de los supuestos intereses (económicos, profesionales, corporativos, como los queráis llamar) de los cuentistas. De los cinco puntos propuestos sólo se habló del cuarto.


Aquí servidora no supo reaccionar, no supo dar un golpe en la mesa y reconducir con valentía el diálogo, aprovechar esta fantástica ocasión para hacer auténtica militancia y reivindicación del cuento. En fin, una depresión más en estos tiempos de crisis económica mundial.


Hoy sólo quería constatar mi frustración por cómo la puñetera crisis ha invadido todo, hasta nuestras pobres cabecitas, que ya no piensan en contar historias ni trabajar sobre ellas, sino en cómo coño colocarlas en el mercado, cómo abrir huecos, como vivir de ello. Temas importantes sin duda pero accesorios al fin y al cabo.


Me gustaría abrir en el blog un intercambio de ideas sobre este tema que tanto nos concierne a los cuentistas, una reflexión sobre cómo y en qué estamos metidos tantas horas de nuestras vidas. Aquí os lanzo algunas de las cosas que me proponía plantear en esa mesa y que, como os digo, quedaron atrapadas en esa espiral de frustración que barrió el debate.


EL CUENTO Y SU OFICIO. 


1. Por supuesto que es un género, un universo completo, un sistema cibernético que existe por sí sólo, como dice J.M. Merino: “sin el especímen cuento no puede haber ecosistema literario vivo”.


2. “Contar un cuento es saber guardar un secreto” (A. Neuman)… Esto me lleva a la teoría del iceberg. Sólo enseño una parte de un universo completo.


3. Como veis ¡!NI MENCIONAR la novela!!: la brevedad no es un fenómeno de escalas. La brevedad requiere sus propias estructuras (A. Neuman: “El decálogo del cuento”).


4. Relación del autor con: estructura, personajes, narrador. Aquí lo intrigante para mí es la figura del narrador, quien soy yo, quien es él o ella. Esto me lleva a la metaliteratura.


5. Reflexión sobre: “cuando escribes te enfrentas a ti mismo, tienes que descubrir quien eres tú con tu escritura. Es un viaje más personal de lo que parece.”. (C. Obligado).



EL LECTOR DE CUENTOS: ¿QUIEN ES, PARA QUIEN ESCRIBES?


Propongo analizar la relación entre Sherezade y el Sultán. Sherezade cuenta para sobrevivir, el Sultán ha de quedar satisfecho y lo suficientemente intrigado como para que le cuenten otro cuento y así perdonar la vida a Sherezade un día más.


Otro punto que considero esencial: ¿Se pueden leer los cuentos en trayectos cortos? Mi respuesta es que yo sólo veo a gente leyendo grandes novelas.


Creo que igual que el escritor nace o se hace  cuentista desde pequeño, igualmente el lector nace también lector de cuentos.



EL FUTURO DEL CUENTO


Lo primero fue el cuento.  A partir de ahí yo creo que nunca se extinguirá, más bien lo contrario, creo que ahora hay un resurgir y que el mundo editorial se está abriendo. Proliferan cuentistas, talleres, pequeñas editoriales militantes, se abren blogs, hay una actividad cibernética importante, etc.



Pensemos, debatamos, trabajemos….



Un saludo



Carola Aikin




61 comentarios:

Ricardo dijo...

El otro día fui a la presentación de el Por favor,sea breve 2 y disfruté de un clima de camaredería e inteligencia literarias. Escuchar entre otros, a José María Merino, fue un verdadero placer, y hubiéramos querido que el tiempo se estirara para que las reflexiones y el placer fueran más largos. El viernes, en el Círculo de Bellas Artes, Esther Tusquets decía, con su agudeza de siempre, que antes se hablaba de literatura, y ahora sólo de mercado. Con esas sensaciones en la cabeza acudí al Círculo de Bellas Artes para escuchar a Carola Aikin. Allí unos jóvenes escritores no tardaron en caer en el tema del mercado. Qué decepción y qué aburrimiento. Esperaba reflexiones sobre cuento y cultura, nuevas metodologías, contraposición de estéticas, cuentista en la sociedad, y me encuentro con esto. Gracias por dejarme el texto de Carola, ahora podré leerlo.

Carmen dijo...

yo también asistí a la mesa y escuché absorta que uno de los escritores, tal vez de manera irónica, decía que, "como no podía ser futbolista, y ganar así dinero, se dedicaba a la literatura", ¿dónde quedó la pasión por la literatura,? ¿Todo se ha convertido ahora en pasión económica y de figuración pública?

María dijo...

Me parece que hay que mantener la calma, y saber que el cuento, de larguísima historia, no va dejar de ser leído nunca..no lo veo posible, por lo menos, y no veo ese proceso en manos de las editoriales..por molesto que pueda ser el momento.
Hay lectores para el cuento, así como hay escritores para el cuento..Podemos recordar el ensayo de Walter Benjamin llamado " El narrador", que yo creo que es aplicable sobre todo al cuento, y que habla del movimiento que la técnica produce en ese antiguo y mágico texto, y pensar que los desafíos para el arte no son sino crecimiento.

Juan Casamayor dijo...

"La novela no murió de muerte natural: fue asesinada por sus adeptos", Jorge Volpi, Mentiras contagiosas


Queridos amigos,

ayer como coordinador de la mesa "Puro cuento" (con mi "buena disposición"), y como editor de un proyecto editorial que gira en torno al cuento, me quedé triste con el resultado.

El mismo planteamiento de moderación que pretendí realizar ayer, lo hice hace unas semanas en la I Feria de la Edición Independiente celebrada en Blanca (Murcia). Allí se direon cita Irene Jiménez, Lola López Mondéjar, Hipólito G. Navarro y Javier Sáez de Ibarra. Y fue entonces cuando se habló y se reflexionó de las principales características del género; se abordaron además perspectivas sobre el cuanto desde su escritura y su lectura; se situó desde una militancia constructiva y un optimismo moderado al género en el mercado, con sus dificultades y sus ventajas: hubo incluso tiempo para debatir su futuro y su presencia vinculadaa las nuevas tecnologías. Fue "puro cuento".

Ayer se centró el debate sobre todo en los aspectos meramente comerciales del género: desde que vende poco (y esto no es una verdad absoluta; habría que matizarlo) a su juicio sumarísimo frente a la novela.

Pienso que ayer no fue el cuento, sino la literatura la que salió perdiendo y, sobre todo, la novela. Así se puede deducir por algunas de las afirmaciones dichas: una novela abierta a concesiones comerciales que afectan a su creatividad; expuesta a contratos y deseos editoriales; a periodos bianuales de ejecución. A constricción, medida, falta de riesgo...

Del género cuento apenas se habló. Me culpa.

Abrazos,

Juan

Clara dijo...

Sí, Juan, estoy de acuerdo, hay lugares para debatir, y este es uno, lo que sucedió ayer es ejemplificador, y es contra ese desánimo y mercantilización contra lo que hay que luchar. Ojalá que estos espacios se amplíen, y, como dijimos en la presentación del "Por favor, sea breve 2", en ese brindis entrañable de después del acto, cuando ya nos despedíamos, cansados y contentos, ¡larga vida al cuento! Y, por supuesto, larga vida a nuestra amistad.

Ricardo dijo...

Me gusta mucho la opinión de María, que trae a colación a Walter Benjamin, siempre interesante para aclarar ciertas cosas. Es un buen momento para pensar hacia adelante, es verdad, como parece que hicieron Juan, Lola e Hipólito hace una semana. Bourdieu se pregunta sobre qué es lo que junta a la gente en un determinado ambiente o "campo". Esto vale tanto para el deporte, como para el cuento. Y se responde: "su interés común". Y no hay que confundir el interés común con los intereses económicos. Ese interés común es lo que se forja con el trabajo de todos los que participan de esa actividad. En nuestro caso, lectores, escritores y editores. Quien confunde esto se equivoca y simplifica el problema. Es cierto, hay que ganarse la vida, pero este no es el tema de la verdadera discusión.

Sebastián dijo...

Quién se acuerda hoy de Echegaray, Premio Nobel de Literatura, tan preocupado por lo económico (tanto, que fue Ministro de Economía), y de sus peleas con unos muchachos que se autoeditaban porque no tenían recursos, entre los que estaba el inmortal Valle Inclán...

Isabel González dijo...

Hay mucha gente que vive de escribir: periodistas, rotulistas, traductores, conferenciantes, guionistas de televisión, voceros de otros, 'negros' de la edición... como hay mucha gente que vive de pintar: escenógrafos, maquilladores, especialistas de la brocha gorda, ilustradores de libros escolares, diseñadores... Después están los que escriben y los que pintan (los creadores), que a veces también viven de escribir y de pintar y otras veces, de otra cosa: químicos, biólogas, cajeras de supermercado,funcionarios, abogadas, etc.
De todas formas, no os culpéis por lo que pasó. El gran sueño de un escritor es poder vivir de ello y con ello fantasea día y noche e incluso en las mesas redondas.
Lo dicho. Larga vida al cuento breve.

Zsole dijo...

A menudo reflexiono sobre cuentas horas de las 24 dedico a pensar. A esto debo descontar los minutos - o como mucho 1 hora - a pensar en ello. Es decir, que descontando lo que me demoro en reflexionar sobre todo esto, me quedan unas 23 hrs, de las cuales dedico unas 9 hrs frente a una pantalla, intentando no escindirme demasiado entre el código visual y el de etiquetas, sentencias e instrucciones que lleven a algo. A estas horas, debo agregar 3 más, que son las que ocupo en levantarme, ducahrme y viajar - ida y vuelta- de casa al trabao y viceversa. Con lo cual me van quedando 10 hrs. Para el descanso uno unas 7 como mucho. Para cocinar algo en la noche unos 30 minutos. Para ver la tele 1 hora. Para tomar un montón de libros, leer los lomos de los que quiero leer y ordenarlos unos 30 minutos también. Me va quedando una hora, que suelo pasar en el baño, donde tengo un pequeño lugar para poner revistas y algun libro. De momento tengo Letras..no recuerdo que mas, un número de Communication Arts y un libro de Françoise Sagan ( un perfil perdido), que leo de vez cuando, cuando la faena es larga.
Creo que hasta aquí ya he completado las 24 hrs. Pero no he contado que en esos escasos momentos de abstracción en el metro, en el almuerzo o en el café, voy poniendo nombre a mi próximo personaje, lo sitúo y entonces me dispongo a recrear su entorno y en consecuancia la historia.
Es así como desde mi rincón, al mismo tiempo que voy cogiendo los palmitos y la lechuga en el Fres Co, decido que el cuento comenzará asi:
Enrique Saviola, a sus 38 años sabía que nunca sería un hombre feliz.

Clara dijo...

Zsole, espero la continuación de esa historia, y la verdad es que todos escribimos, más o menos, en esas condiciones, pero son también las que te dan una perspectiva certera de tu época. Qué le vamos a hacer...

Clara dijo...

Isabel, mejores tiempos serían si el gran sueño de un escritor fuera escribir un gran libro, y no un libro que le dé de comer, que ya sabemos que ambas cosas coinciden con dificultad. Claro que hay autores que logran vivir de su escritura y esta sigue siendo eso, escritura, y no pasta de papel comercial, pero son pocos, poquísimos. En todo caso, lo que creo que hay que hacer es perseguir el sueño de la literatura, y no el sueño del dinero. En todo caso, si lo que uno quiere es ser rico, creo que hay "carreras" que te lo facilitan más.

Isabel González dijo...

Sin duda Clara. Lo que quiero decir es que hay que escribir 'por amor' (aunque suene cursi) y que para comer hay que hacer otras cosas (vender lechugas, poner inyecciones, pintar paredes, prostituirse, uy...) Es cierto que cuando se mezclan ambas cosas los resultados no suelen ser muy buenos. Sin embargo, no olvidemos que Miguel Ángel pintó la Capilla Sixtina por encargo y que no le quedó tan mal. Copio y pego un cuento quijotesco de Juan Armando Epple que tomo del blog La Nave de los Locos, de Fernando Valls.

"Por unos dólares más"
.....
Cervantes cuenta que el viejo hidalgo era asistido por “un mozo de campo y plaza que así ensillaba el rocín como tomaba la podadera”. Marco Denevi reparó en que este personaje nunca más se menciona en la novela. Algún lector del siglo XIX sugirió que el hidalgo había sorprendido al mozo con la sobrina y lo expulsó de la casa. Pero la explicación verdadera ya la conocía Cide Hamete, quien decidió eliminarlo del libro por una razón valedera: don Alonso Quijano le había ofrecido al mozo el puesto de escudero, pero este rechazó la oferta porque no incluía paga extra. El mozo perdió una oportunidad de ser conocido por los siglos venideros porque no sabía que la fama puede atraer dinero a veces, pero no a la inversa.

Clara dijo...

Está muy bueno el cuento... Sí, muchos artistas han sido genios de las finanzas, y tanto mejor para ellos, lo que me preocupa más es que se vea a la literatura como una carrera para hacer dinero. En la mayoría de los casos, el que paga pone la línea política, como sucede siempre, y así tenemos enormes dosis de sábanas santas, zombies, vampiros o doncellas descarriadas, según exija el mercado, que muchas veces está también unido a la industria del cine. Creo que conseguir o no dinero con la literatura es casi una anécdota. Lo importante, insisto, es escribir un buen libro. Por eso me deprime que en los encuentros con jóvenes autores el eje sea el mercado, me parece un fin alienado. Es un tema interesante, de todas maneras...

Clara dijo...

Isabel, por cierto, desviándome un poco del tema, te habrás visto citada en varios reportajes... Hay uno muy divertido, en el que mezclan tu historia con la de Patricia Esteban Erlés, cosa que os convierte en una y la misma persona, está en uno de los periódicos de Zaragoza.

Pedro dijo...

Me gusta mucho el texto de Carola Aikin, sus reflexiones me resultan muy estimulantes, voy a leer su libro.

Isabel González dijo...

No he visto ese maravilloso periódico en que me han fusionado con Patricia, pero te aseguro que gracias a la impericia del periodista, me siento muy honrada de pertenecer a ese híbrido genial del que forma parte Patricia Esteban Erlés. Menudo talentazo. Lo buscaré de todas formas porque me encantaría enmarcármelo. Y sí, he leído mi nombre aquí y allá. Vamos, que me río de Salinger que tuvo que escribir toda una novela. El día que acabe mi segundo micro, será ya la bomba. Muchísimas gracias a todos. Ahora, a currar no sea que la fama se me suba a la cabeza y me dé por ir al supermercado con gafas de sol.

Clara dijo...

Está en El Heraldo de Aragón.com me parece, si pones mi nombre y el del periódico lo encuentras enseguida. Y sí que es buen tema para un mini.

Carolink dijo...

Hola! Yo también soy una de esas aficionadas al cuento que entró en esa charla (desechando las otras opciones) para escuchar las opiniones de gente enterada. Carola, gracias por aclarar que te sentiste tan frustrada como yo. Yo no entendía por qué se daba una vuelta y otra vuelta sobre los mismo (temas más de tertulia de la cope o qué sé yo). El tamaño importa no.
Juan: no creo que fuese tu culpa, pero habría que haber tirado de alguna oreja :)

Alicia Ferrera dijo...

Yo no estuve, vivo lejos; pero tengo la sensación de que esta discusión debería haberse dado a codazos. Hubiera sido más genuina.
Recordaba esta mañana a Thomas Mann. Exiliado de la Alemania nazi, se refugió en Estados Unidos con toda su familia, a la que tenía que dar de comer. Y eran muchos. Cualquier editorial se lo hubiera disputado. No tenía problemas de editar pues era un escritor consagrado y, sin embargo, se dedicó a escribir un libro monumental, José y sus hermanos, que le demandó años y esfuerzo. No renunció a la calidad literaria, que es de lo que se trata ¿no?.

Juan Casamayor dijo...

Querida, Carolink,

creo que algunos escritores se tiran muy bien solos de las orejas y que ciertos discursos hablan por si solos. Encuentros y debates como este lo atestiguan.

Besos

Juan

Clara dijo...

Es verdad lo que dices, Juan, que cada uno se haga cargo de su propio discurso. Resulta chocante encontrar escritores jóvenes tan obedientes al mercado. Entiendo que un escritor ya hecho busque salida para su obra, pero estos parecen comenzar al revés: sin obra casi, buscan ganar dinero. En fin.

Unknown dijo...

Clara, eso que comentas me parece que se ve en otros ámbitos, a mi me recuerda a lo participantes de concursos televisivos que entran en ellos porque quieren ser famosos, no quieren hacer algo importante que los haga famosos, sino serlo sin más y de forma inmediata, a ser posible. Todo funciona al revés. La escritura, es, a mi modo de ver, una carrera de fondo y, en muchos casos, además de obstáculos. Yo no vivo del cuento, sin embargo, el cuento me alimenta.

Clara dijo...

Me encanta lo que dices, Teresa, y es cierto, Operación Triunfo ha hecho mucho más daño del que parece. Es también lo que comenta Alicia con el ejemplo de Thomas Mann. Es difícil generalizar, pero no parece muy promisoria una literatura que, descaradamente, pone el dinero por delante.

Administrador dijo...

Aquí otra de las que escriben cuento porque sí y no porque no haya podido ser futbolista o actriz porno o triunfita alucina con la desfachatez de algunos. Yo sospecho que los susodichos eran talibanes infiltrados para hacer volar por los aires al género, pero en la sala había muchos militantes, entusiastas, empezando por la propia Carola, el editor Juan Casamayor, Clara... Así que podemos estar tranquilos, no os preocupéis, tenemos cuento, del de verdad, del que produce asombro, del que es pura revelación, para rato. Un abrazo y muchas gracias por tus palabras, Isabel, me gusta ese híbrido maño, lo imagino un poco rollo siamesas. Patro.

Jesus Esnaola dijo...

Yo comencé, en mi juventud, con la literatura de terror. Perdonad que no recuerde el autor pero leí a alguien que decía que en el género de terror el cuento era el género natural mientras que la novela de terror prácticamente nacía con el "Drácula" de Stocker. A mí el cuento me resulta la forma más natural de contar una historia. En su brevedad ofrece una intensidad que lo hace emparentarse más con la poesía que otros géneros más extensos. Se podría decir que el cuento es un amor de verano y la novela un matrimonio de los de bodas de oro. No está en mis manos el control sobre lo que hagan las editoriales con nuestro cuento querido pero sí que está, mandaros un abrazo a todos los que lucháis por sacarlo adelante.
Y no os equivoquéis que la crisis no tiene nada que ver con esta actitud materialista y pragmática; para bien o para mal se trata de la naturaleza humana.

Zsole dijo...

Sobre la pregunta: ¿Se pueden leer los cuentos en trayectos cortos?
Cabría hacer una estadística. Contar cuanta gente lee a Larsson, Le Carré, y aquellos autores de libros insufriblemente poco adecuados para el bolsillo ( lease libro de bolsillo), versus Borges, Chejov, Alan Poe, García Marquez o Carver, siendo este último, uno de los mas contemporaneos. Si es por contar, puedo hacer la sumatoria de hoy:
Trayecto: Moncloa-Av. de America
Lectores a mi vista: 8
Periodicos gratuitos: 4
Libracos( novelas largas):3
Apuntes:1
De esto, deduzco que también debería preguntarme: ¿Qué es un trayecto corto? y...en consecuencia con esto si digo que este es corto, ¿Es un libro corto adecuado a un trayecto corto?
y...¿Es importante leer libros cortos en trayectos cortos?..
Yendo a otro punto, puede ser por ignorancia mia, pero no veo luces sobre estos nuevos cuentistas que llegan a maravillarnos. Estoy que los hay. Mas brillantes. Menos brillantes. Pero, ¿por qué no los veo?. Veo a Larsson, una Rowling, un Brown, un Saramago.
Y por último, cuantas páginas debería tener un libro corto?
Perdón por estas vacilaciones de matiné.

María dijo...

Parece que el cuento y los cuentistas se aguantan alguna frustración...e incluso crecen...

Unknown dijo...

RE: literatura-juventud-dinero

Creo que hay mucha pose entre los escritores de las nuevas generaciones, mucho cinismo cool y elitista. Parecen acusar a los narradores que escriben "porque sí" de mentirosos, sensibleros y retrógrados.

Esos monstruitos no salen de la nada... Los creamos desde los medios de comunicación, las agencias literarias y, por supuesto, desde las editoriales. "Joven promesa", "fenómeno editorial", premios por aquí y por allá, anticipos desorbitados... No me extraña que algunos quieran ser galácticos de las letras.

hombredebarro dijo...

A las pruebas me remito, Señoría.

Sebastián dijo...

es que las causas para escribir pueden ser de lo más variadas, tal vez no sean las más simpáticas el narcisismo y las ganas de ser rico y famoso. Y tal vez tampoco produzcan muchos libros buenos... Es dudoso que alguien, dedicando su vida a hacerle la pelota al mercado, logre tiempo y sentido para hacer, también, una buena obra. Pero claro, si uno está enamorado de sí mismo, pensará que todo lo que hace es excelente...

Zsole dijo...

Ayer, reflexionando sobre el versus entre libro chico/libro grande ( cuentos/novelon), se me ocurrio que quizas estos ultimos vienen a ser un especie de candie contra la procastinacion.

Zsole dijo...

Entonces, le popondria a Carola Aikin esta otra interrongante:
¿Podria ser el cuento corto un aliciente de la procastinacion mental? ¿Cabria la posibilidad de una novela larga larguisima, como remedio contra esta enfermedad?

María dijo...

Las causas para escribir pueden ser simpáticas o no...Se dice que Shakespeare, lo más alto de la literatura, escribía por miedo, porque deseaba que su familia tuviera un blasón en la puerta de su casa, cosa que se conseguía con algo de dinero.Había pasado mucho miedo en su infancia porque su madre era católica, en épocas en que eso podía ser castigado con la ejecución o el castigo público, salvo que tuvieras un blasón, eso te protegía, y parece que se retiró apenas lo tuvo!

Clara dijo...

qué divertido lo de Shakespeare, no lo sabía... y, por cierto, ¿qué es la procastinación?

Alicia Ferrera dijo...

Es procrastinar, creo. Posponer algo hasta que es ineludible hacerlo.
Pero en fin, María, ciertamente estoy de acuerdo con tu comentario, pero ése no es el punto. ¿Te imaginas un congreso científico en el que los partipantes, en vez de intercambiar experiencias se dediquen a comparar patrimonio?. Porque, si te gustan las letras y vas a un acto donde se propone debatir sobre el tema, se presupone que disfrutarás de ello, y no perderás el tiempo rasgándote las vestiduras porque "los necios conspiran" contra ti.
Yo no tengo nada en contra de quienes tienen dinero. Todos lo necesitamos, incluso los malos escritores, pero esas motivaciones pertenecen al ámbito privado, tanto si es dinero, como honores o seguridad.
Pero pasar de esa oportunidad, es decir, escuchar y aprender de otros, dice mucho en contra de algunos de los participantes del debate.

Camila dijo...

'cras' significa 'mañana' en latín. 'Procrastinar' es dejar para mañana lo que puedes hacer hoy, ni más ni menos.

Sebastián dijo...

lo que se aprende en este blog...

Jesus Esnaola dijo...

¿Algún cuentista, me refiero al escritor de cuentos, se ha planteado el mundo que se abre ante nosotros cuando se generalice, que lo hará, el lector de eBooks?
¿La posibilidad de ser vecinos de los Larssons and company en un mismo lector? Ya me imagino una página de Apple llamada iCuentos de la que uno se pueda descargar cuentos sueltos de quien quiera por un módico precio.

Clara dijo...

Creo que siempre hemos sido vecinos de los grandes, si es lo ve desde el lado del lector. Me parece que el ebook va a convivir con el libro, que es un buen soporte, como dice Billy Gates, Hace mucho que podemos descargar cuentos desde la red, hay auténticos bancos de cuentos. Pero sí que es cierto que algo va a cambiar, por ejemplo, en el tema de cómo se gestionan los derechos. Y con ello volvemos al dinero... También me pregunto si el nuevo soporte va a cambiar la forma de contar, ese sí es un tema que me interesa.

María dijo...

Procastinar, creo, era lo característico de Hamlet.Por lo menos hay estudios sobre eso...
Alicia, tienes razón..sólo me parecían conmovedoras las razones de Shakespeare.Además una reunión de escritores desde ya es para elevar el oficio..Lo otro sería más propio de un organismo especial, dedicado especialmente a discutir lo económico..se me va el nombre..¿cómo se debería llamar?¿un sindicato de cuentistas? Aquí se discutió con éxito la pensión del escritor, pero parece que la situación no era esa.

María dijo...

Hasta "cras"...

Clara Obligado dijo...

Aquí me estoy, procrastrinando todo lo que puedo... (mezcla de vagancia con cantar bajo la ducha, por ejemplo...)

María dijo...

Procastinar: se hace sin trinar.Hamlet, que hacía lo de procastinar, se tiraba de la barba, y lo pasaba mal, y cuando decidió pasar a la acción, se le armó tremendo lío..de lo cual se deduce que nada, a la acción, sin demoras. ¿Por qué estamos discutiendo esto?

María dijo...

Perdón..ahora pienso que será " Procrastinar", por lo de "cras"...se me movió de lugar la "r". No es cuestión de sembrar el caos...Procrastinemos un poco.

carmen peire dijo...

¡Caray! Si esto es lo que da de sí una charla frustrada sobre el cuento, ¡qué no dará el día que hagamos diana! Sólo conozco un remedio para la frustración, papel, lápiz y escribir.Carola, ¿por qué no haces un cuento con esas sensaciones frustrantes? Eres una gran especialista, ánimo. Sentí no poder acercarme, ya sabes de mis avatares últimamente, complicaciones de salud y demás, que me llevó a largarme ese fin de semana al campo, lo necesitaba, ahora me alegro de no haberme cogido monumental cabreo, sobre todo con el buen sabor de boca de la presentación del por favor sea breve 2. Sugiero la lectura del primer capítulo de la segunda parte del quijote, prólogo al lector y la siguiente carta al conde de Lemos, el auténtico mecenas de Cervantes, quien le mantenía para que escribiera "cosas de mucho divertimento para él y su corte". Añadiendo otro dato: dicen que en un tiempo Cervantes vivía con su mujer y hermana en un lupanar,y esos ingresos facilitaban la escritura del susodicho. ¿Quién ha dicho que escribir es fácil? ¿Quién ha dicho que da de comer? Hay miles de casos que no son así, frente a los que lo consiguen. Pero lo fundamental es continuar, continuar,la catarsis. Al fin y al cabo, aunque no esté pagado, sale más barato escribir que ir al psiquiatra, y los cuentos son pequeñas pastillas, píldoras curativas. Por cierto, cuando voy en el metro, siempre leo cuentos.
Carmen Peire
Animo

Clara dijo...

Carmen, me voy corriendo a escribir algo, leyéndote parece el remedio contra todos los males... Un abrazo, ahora desde Murcia.

carmen peire dijo...

Pues como de cuento se trata, Clara, aunque estés en Murcia, recomiendo a tooodo el mundo un libro de cuentos de Herta Müller, la actual premio nobel (novel?) titulado "En tierras bajas". Ed. Siruela. Esta mujer, descendiente de suabos emigrados a Rumanía, (toma ya, alanos, suabos y vándalos), crea un universo cerrado, opresivo, rural, endogámico. Me recuerda a Agota Kristof a lo bestia. Es que ser suabo se las trae... Se puede leer en el metro. El libro no pesa mucho y se puede llevar en el bolso. Es que si no las cervicales...

Clara dijo...

Es, entonces, un libro de bolsillo de verdad, Zsole estaba preocupada por este tema, y me acorde de ella el otro día en el taller con un tomazo que había sobre la mesa de una novela de moda, en "edicion de bolsillo", que hacía falta un saco patatas para llevarla, o un changador del puerto. Uno tiene, permanentemente, en los últimos tiempos, la sensación de que te dan gato por liebre, o libro de bolsillo por libro de grúa, por decirlo de alguna manera. Está bien, leeremos a la gata Müller, que, por lo que nos leíste, está más que bien, muy en la onda Agota Kristoff (¿cómo se escribía?) ¿Son cuentos o es novela?

Sebastián dijo...

No creo que Herta Müller, al comienzo de su carrera, perdiera el tipo por ganar dinero, y mira, es eso mismo lo que la ha llevado al Nobel, su fuerza, su sinceridad. Seamos positivos: todavía existe una literatura no comercial que encuentra un lugar en el mercado, todavía hay escritores honestos...

Javier Sáez de Ibarra dijo...

Mi opinión: buscar la calidad literaria es justamente lo contrario de perseguir / pensar en / hablar de dinero (o fama o prestigio o mérito). La calidad literaria sólo se busca por el camino de la inteligencia, la sensibilidad, la honradez, la ética, el trabajo con la lengua (y aun así no siempre se encuentra). Así que o se elige ser artista o ser un mercader. Y alegría y no amargarse por cuatro coruptos y cinco resentidos, con sus panes se lo coman.

Clara dijo...

Bien dicho, Javier, y es justamente con esa actitud con la que has ganado el premio mejor dotado para un libro de cuentos... Estoy de acuerdo contigo, si se trabaja bien, la fama puede venir por añadidura, e incluso el dinero. O tal vez no, ni Poe ni Kafka, por ejemplo, lo tuvieron nunca. Pero si se trabaja mal, tal vez venga el dinero, pero jamás la calidad literaria. Finalmente este oficio nuestro está basado en la pasión, en el deseo de decir algo que, por alguna razón misteriosa, nos parece ineludible.

María dijo...

¿Y qué hacemos con Shakespeare, perdón? Sigo pensando que lo de la reunión estuvo muy mal porque era una oportunidad para hablar del cuento, y fue desaprovechada..pero no sé, quizás algunos descastados y malignos puedan ser buenos escritores también.No unamos literatura con bondad...no es seguro que vayan unidas.

Sebastián dijo...

No se habla de bondad, más bien se trata de unir literatura con literatura, y comercio con comercio. Yo no creo que haya problema en armar una mesa seria sobre comercialización de la obra, mercado editorial, etc. etc. El problema es que el discurso mercantilista toma el lugar del discurso literario.

María dijo...

Sí, eso es claro absolutamente, estoy de acuerdo!

Zsole dijo...

En desacuerdo con la suplantacion del discurso literario por el mercantilista.
El discurso literario solo puede estar en boca de literat@s y el mercantilista en agentes de bolsa, sea chica o sea grande. La bolsa del pan lleva pan, la bolsa del metal lleva metales de variados precios y el libro, la hoja, lleva palabras que han sido puestas para que se lean. La bolsa del libro es el transporte, asi como la bolsa del pan. YA! me siento como Jerónimo en la carcel, en la salud y en la enfermedad. Pero me gusta que este post haya tenido tanto comentario. Se discursea mucho, pero sobre todo se escribe. Y estamos pa eso.

Clara Obligado dijo...

sí, es cierto, ha dado lugar a un lindo debate, evidentemente es un tema que nos preocupa...

Zsole dijo...

Clara, a proposito sobre la forma de contar( respecto del e-book), se me viene a la cabeza dos conceptos que pueden ser un tema a analizar: el hipertexto(en la literatura) y el metalenguaje.
Cortazar fue un precursor del hipertexto en cuanto a la lectura no secuencial, en su libro Rayuela (1963).
Hace unos años, dando clases de Medios Digitales, les propuse a mi alumnos que leyeran el libro y escribieran un ensayo sobre el. Todo ello para comprender que la literatura no esta apartada ninca lo ha estado, de la informatica y el desarrollo de los nuevos medios. En cuanto a esto, como esta afectando y como afectara, creo que las nuevas tecnologias son un aliado, del que por supuesto no hay que tener miedo.
Pongo una pagina con links interesantes sobre el tema:
http://www.lenguaweb.net/hiper/hiperindex.htm

Saludines

Clara Obligado dijo...

Muy interesante tu comentario, en particular tu visión de Rayuela, estoy completamente de acuerdo contigo. En el caso de las microficciones, es evidente que los nuevos soportes ayudan mucho e incluso generan una nueva forma de contar. Creo que la novela es a la imprenta lo que el micro es a internet. En contra de lo que se dice, cada vez leemos y escribimos más, pero en otro soporte. Entraré en la página que me comentas, muchas gracias por el dato.

Norma dijo...
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Norma dijo...

Hola Carola, estuve ese sábado en el Festival ñ, en el Círculo de Bellas Artes. Partí de casa con un macuto en el que llevaba un cuaderno en blanco, un botellín de agua, manzanas, peras, kiwis. Dispuesta a pasar el día. Pero no te ví. Confiezo que tampoco pasé por la mesa redonda sobre el cuento... me interesé por la maldad en la infancia y cosas de las que tenía menos idea, por no decir ninguna.

Leyendo los comentarios tan enriquecedores a tu entrada en este blog, una vez confezado que no estuve en la mesa redonda, me atrevo a ...reivindicarla (¡perdón!). Creo que necesitamos mucho psicoanálisis, catarsis colectiva, como lo queráis llamar. Lamentablemente, en estos momentos de crisis, parece que lo que las mentes creativas necesitan es hablar muchas veces de lo mismo, de lo que les preocupa, y en los tiempos que corren me temo que se trata de la crisis y del modelo económico. No habéis debatido sobre el cuento, pero si sirve de consuelo, parece que el encuentro ha hecho la vez de "Servicio Social". Quizás los allí presentes una vez saciada su necesidad de marear la perdiz con más de lo mismo se marcharon a casa, cogieron la pluma y se pusiern a escribir. Qué bonito sería, ¿verdad?

Excelente tu entrada en el blog. Haré corta y pega y me la quedaré en el ordenador, para reflexionar de tanto en tanto.

Un beso y un abrazo, para tí, para Clara y para todos los bloguistas.

Clara Obligado dijo...

Hola, Norma, qué bien que aparezcas por aquí. En fin, a mi me produce mucha más catarsis hablar de literatura que de dinero, o, en todo caso, asistir a una mesa especializada sobre mercado editorial, pero esto... En fin, son puntos de vista. Espero que aparezcas más, un abrazo.