Ave María
- Por lo que más quieras, lávate bien esas manos antes de acostarte. Ya sabes que si tienes las uñas sucias los ángeles no vendrán a visitarte mientras duermes. Ella obedece sumisa, pero sabe que su madre miente. Aunque las tenga mugrientas, el ángel aparece cada noche. Tiene el pelo suave, las alas pequeñas, la risa un poco ronca y una barba que siempre pincha.
Mar Horno (finalista anual ReC).
6 comentarios:
Enhorabuena! Mar.
Mándame un ángel, anda!
Irene.
Qué cuento tan inquietante, ¿no os parece?
Hola Clara, verme publicada en el Blog del Taller es un placer y un privilegio. Siempre he disfrutado mucho con las entradas, hoy más. Tienes razón, es muy inquietante, sobre todo porque yo lo escribí con un propósito y los lectores me han dado hasta seis finales distintos. El micro tiene vida propia.
Muchas gracias por todo y enhorabuena por tu Taller, siempre te tendré un cariño especial. Un beso.
IRENE, te mando los ángeles que quieras, pero te prometo que ninguno cuya barba pinche. Un abrazo.
Gracias a ti, Mar, por tu escritura. Y para mi, el final del texto está clarísimo...
durísimo...
me gusta muy mucho, y sí que es inquietante.
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