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22.11.10

Mujeres que matan a sus hijos


Lola López Mondéjar y su novela Mi amor desgraciado (Ed. Siruela, 2010)

Es un tema tabú, sin embargo la literatura ha intentado en múltiples ocasiones dar alguna respuesta: Medea, de Eurípides, o de Christa Wolf, o Beloved, de Toni Morrison. La actualidad del mito resulta evidente y su fuerza, inagotable. La pregunta sigue siendo, sin duda, incómoda: ¿por qué una mujer es capaz de matar aquello que más ama, o sea, sus propios hijos? ¿Qué castigo merece? Una y otra vez, vuelve a los libros y escenarios la tragedia y a los periódicos la noticia. La escritora Lola López Mondéjar nos hace llegar su novela "Mi amor más desgraciado" y con ella interroga el mito desde una visión contemporánea. Os invitamos a compartir la entrevista en la que la autora nos explica su trabajo, a leer su texto y a debatirlo.  

13 comentarios:

Agustín dijo...

Clara , leí el reportaje , te felicito, es muy interesante y el tema de la novela también.Me parece que está muy bien planteada una problemática por demás actual.Muy buena ,espero que la obra llegue a Buenos Aires¡¡¡

Carmen dijo...

Qué tema tan inquietante, hay que ser bastante valiente para convivir con esa temática y ser capaz de meterse en la cabeza de alguien que mató a sus hijos, como se hace en esta novela. Me gustó mucho, la recomiendo.

Zsole dijo...

Una vez - cuando tuve ganas de ser madre a los 26 - le dije a mi amigo Cire lo siguiente:
- Yo tendría hijos sólo para mejorar el mundo.

A lo que él respondio:
- Y si te sale hijo de puta?

...

María Obligado dijo...

Es interesante el tema de las mujeres que salen de las reglas sociales que las esclavizan. Matar a los hijos parece una hipèrbole de dicho tema. Sin haber podido leer el libro, cosa que me encantarìa hacer, me gustarìa preguntarle a la autora si acompaña con la forma el desajuste hiperbòlico del tema, como de alguna manera hace, creo recordar, Toni Morison con Beloved, y no hace Eurìpides apretado con las reglas de la tragedia clàsica. Apasionante Eurìpides. En èl hay, ademàs, cierta cuestiòn con "las culturas diferentes" . Creo que ese tema està en el fondo de algunos de esos textos .La pregunta sobre si en "esas culturas" (Medea era maga, era de una cultura diferente a la de los griegos) esos sentimientos y pràcticas estarìan permitidos, o al menos aprecerìan como posibles. Dos preguntas, una sobre las mujeres, otra sobre las culturas vistas como exòticas. El libro de Lola parece colocar el tema en el centro de una cultura central, y eso lo hace diferente

María Obligado dijo...

Y sigo dándole algunas vueltas más al tema... Tampoco lo tengo a mano, pero ver la relaciòn con Funk Brentano en Le drame des poisons, escrito en francès y con protagonistas femeninas y francesas. En ese libro las mujeres envenenan a quien se opone a sus deseos, por otro lado bastante falocèntricos..la obra de Brentano parece o me pareciò siempre formar parte del campo de los textos dedicados a la hechicerìa , puesto que las mujeres compran sus venenos a una "bruja".
En fin, un texto asì toca los bordes de la cultura y se pregunta por ellos, por eso en muchos de esos libros el tema encubierto es en què cultura pueden suceder esos desbordes.
O sea: es apasionante ver en què contexto cultural se cuenta esa historia....

Raul Brasca dijo...

No diría que cambio tramas complejas por personajes complejos, porque cada cosa tiene lo suyo, pero reconozco que me gustan más las novelas de "personaje". Celebro además que Lola sea una escritora psicoanalista y no una psicoanalista escritora. Y no es sólo una cuestión de predominio de una cosa sobre la otra. Ardo de ganas de conocer su Hélène, sé que no será Medea extrapolada al Paris de hoy; es más, sé que no será Medea. Ardo de ganas de asistir a la sutil construcción del odio que, descarto, Lola hizo sabiamente.

Anónimo dijo...

A mí todavía me asusta enfrentarme a esta novela de Lola, me duele todavía mucho su novela anterior, "Lenguas vivas", tan maravillosa y triste, y me duelen hasta algunos cuentos de "El pensamiento mudo de los peces". Pero esta nueva obra de Lola me llega en un momento terrible: ha fallecido recientemente un familiar muy querido, un primo que sufrió un accidente terrible de moto cuando tenía apenas veinte años y que ha permanecido en estado vegetativo durante casi treinta años después, verdaderamente terribles. Su madre, mi tía, desapareció de todas nuestras vidas unas semanas después del accidente, cuando quedó claro que su hijo no saldría jamás de aquella tetraplegia. Tomó un par de maletas de casa mientras todos estaban aún en el hospital, y hasta hoy no se ha vuelto a saber de ella. Nadie sabe de ella, si viajó a un lejano país, si murió, nada, ni el menor rastro. No sé, esto no tiene nada que ver con la novela de Lola, pero hace más de treinta años que en mi cabeza aparece esa mujer, mi tía sin una lágrima en el hospital, estupefacta, contemplando aquel cuerpo en la cama, inerte, paralizado como ella...
Leeré con miedo de nuevo a Lola López Mondéjar, con emoción contenida. Qué valiente eres, querida amiga.
Hipólito G.

Irene Sasa dijo...

...menudo relato, Hipólito.
¿Por qué no cobras distancia y llenas muchas más páginas en blanco?
Yo ando sumergida en esos pensamiento mudos de los peces. Un gran título para uno de los mejores libros de relatos que he leído últimamente.
Inteligente y feraz la prosa, de Lola.
Ahorita leo la entrevista.

Ana María dijo...

leí la novela y me pareció muy interesante, nada truculenta,en realidad, aunque la distancia con la que está contada produce sin duda una sensación extraña, como de locura enclavada en la normalidad.

Anónimo dijo...

Gracias Clara por la entrevista, me ha gustado mucho y ha despertado mi curiosidad por el personaje de Helene. Terrible. Yo nunca quise tener hijos pero, avatares de la vida, me encuentro criando a dos pequeñas tiranas. Soy una buena madre aunque no en extremo abnegada, solícita o sacrificada. Intento ser yo misma y no ahogarme en el mar de sus exigencias físicas y emocionales. Pero las quiero con locura. Puedo entender que una madre mate por amor, como acto de piedad o protección. Yo misma preferiría ver muertas a mis hijas antes de verlas pasar por una situación de abusos, maltrato, abandono o enfermedad. Pero matar desde el odio... Estoy deseando leer el libro para descubrir si Helene, esa mujer sin redención, mata por maldad u odio, o por simple acto de recuperación de su libertad o rebeldía ante el papel social o cultural que se les otorga a las mujeres - madre. Porque una mujer no pierde su libertad por una sociedad opresora, un marido que la maltrata o una prisión que la encarcela, sino que pierde su libertad cuando tiene un hijo. Entonces, un cordón umbilicar invisible la hará esclava consentida hasta más allá de la muerte, aunque con mucho gusto. Mar Horno.

Anónimo dijo...

Queridas: No será que las mujeres tenemos "alma de esclavas" acaso no lo somos a lo largo de nuestra vida, y, con mucho gusto o no con tanto, pero esclavas del dolor de los demás: de los hijos, del compañero, de los padres, especialmente de la madre...¡Ay, Ay la madre. Joana

Anónimo dijo...

Me sugieren tantas cosas vuestros comentarios... Ganas de veros cara a cara, también a los del otro lado del océano (Raúl, María), para poder comentar cada una de vuestras impresiones.

Lola López Mondéjar dijo...

El anónimo soy yo, Lola, la autora. María, las dos mujeres son de culturas diferentes, pero ambas occidentales. Me interesaba más explorar hacia adentro, y rehuí el tema de la diferencia cultural. Aunque creo que las mujeres siempre pertenecemos a "otra cultura". ¿No te parece? Una cultura que siempre es periférica. Si quieres ahí estaría el tema: el patriarcado y sus valores, y la mujer, su malestar, su incomodidad, el corsé que no la deja conocerse.