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9.9.10

Poder de observación





Pon a trabajar tu poder de observación, fundamental en cualquier persona que quiera escribir.
¿Dónde transcurre esta historia?

Si eres capaz de descubrirlo, recibirás como regalo el Diccionario de Símbolos de Cirlot, Ed. Siruela.
Tienes tiempo para aclarar el enigma hasta el 4 de octubre, día en el que comienzan los talleres.

34 comentarios:

Martín Beilin dijo...

Es el taller.

Martín Beilin dijo...

Bueno, la foto es en el taller. Lo veo tan obvio que pienso que lo mismo tendría que haber un link que lleve a otra cosa, a la historia, pero no sale nada....

Carmen dijo...

El taller no tiene la pared rosa ni la alfombra verde. Nada de poder de observación...

Sebastián dijo...

Los pies son demasiado chicos con respecto a la máquina de escribir. ¿Es una máquina voladora o son los pies de una muñeca?

Unknown dijo...

Para mi es en el taller, pero en la otra habitación.

Esa parece la máquina que tienes en el estante de abajo del diccionario de Cásares, en la bibiloteca en la que tienes la colección de lápices. Una Underwood, me encanta el nombre...

Las paredes del taller no son rosas, pero podrían serlo las de la otra habitación, a la que nunca entré salvo de noche de pasada al baño, cuando todos los magentas son pardos. Y además se ven unos cuantos diccionarios y la nueva gramática de la lengua española.

Las zapatillas parecen unas Campers que podrían ser tanto de tus pies como de los de Julieta.

Buenísimo el Hipólito. Me identifico con esa turista que se sacó la foto haciendo como que lavaba en la fuente. Espero que nunca se terminen las representaciones, que el alcalde les suba el sueldo, que puedan venir a Madrid de vacaciones y sacarse fotos mientras hacen como que columpian a Iván!

Martín Beilin dijo...

Mi poder de observación va al detalle y a los elementos inalterables, como la máquina de escribir y la estantería y su contenido, que para mí son los del taller. Tanto el suelo como la pared pueden haber cambiado, en la realidad o en la ficción fotográfica; el encuadre y la óptica son muy efectistas, e incluso quizás haya fotomontaje para conseguir esas proporciones...

No sé si habrá más pistas, el planteamiento actual se me hace insuficiente. Si se trata de un enigma en plan jeroglífico, no es mi fuerte.

Así que de momento mi respuesta es: la historia transcurre en España, ya que son españoles los diccionarios que se ven y los zapatos; son muchos elementos locales como para que sea en otro sitio. La foto creo que está hecha en el taller. Y si el montaje tiene la intención de representar otra cosa, me falta información...

Zsole dijo...

Esta historia transcurre entre dos mundos.
El primero, es inventado por L. Carrol, que ha resucitado a Alicia, le ha quitado los calcetines y la ha enviado de vista al taller. Creo que se trata de una rapto.
El segundo, es el pasado. Una máquina de escribir en 1991 sobre la mesita en la clase de dactilografía. Incluso se oyen los pasos del profesor Martinez. El pelao Martinez, que se peinaba la melena hacia el lado para cubrirse el "resbalin de piojos".
Menos mal que existe el recreo.

alicia dijo...

¿Podría ser una cartulina rosa pegada a la pared?

Myriam dijo...

Las zapatillas parecen de Camper, probablemente la escena transcurre en España...

Palinka dijo...

Empezaré por la hipótesis nula... Creo que no se trata de ningún pasillo de ministerio, ni de un campo de futbol o de baloncesto. No es un banco, ni su cajero. No es una playa, ni un teatro. No es una mezquita ni una Hermita.…

Quizás se parezca a un lugar de colores donde casi todo es posible., donde los sueños se transforman en papel. Un espacio donde los viejos aliados se esconden en discretos cuadros y cómodos estantes, donde escuchan y son venerados. Un lugar de libertad, donde el tiempo espera en la puerta y la realidad no se atreve a pasar.

Saludos

Clara Obligado dijo...

No está nada mal, veo que está muy reñido este premio...

alicia dijo...

¡En un libro! Parece la portada de un libro al que sólo le falta la firma del autor o autora...

Rafael dijo...

Pues no se...lo de que la maquina esté arriba y no a mano, me da que esta un poco como las cosas que ponemos encima de los muebles, que nunca tocamos, salvo para limpiarlas de vez en cuando, asi que, por tanto, es un espacio domestico, habitado por alguien. Lo de los libros desordenados de abajo me dice que no es ninguna biblioteca municipal, porque alli estan todos en su sitio y bien puestecitos.Asi que digo que es el taller, o lo mismo tu casa, Clara, que seguro debe tener una biblioteca bien hermosa, aunque por los zapatos, creo que no, pero por el tamaño de los pies pudiera ser, porque tu los tienes normales, tirando a pequeñitos. Puff, vaya lio...venga, digo que el taller, hala.
Cordiales saludos.

Unknown dijo...

Ocurre en cualquier parte donde se encuentre la máquina de escribir, o donde vaya de la mano del osado escritor.

Anónimo dijo...

Hasta donde alcanza mi previsión apostaría que transcurre en este espacio en que nos encontramos los que aquí nos vamos juntando para generar la historia: El blog del Taller.
La imagen por sí misma no narra nada si no hay quién la escriba. Y los escribanos somos asnos tras la zanahoria de un diccionario de símbolos.
Un juego que bien podría haber promovido el propio Cirlot desde la Cofradía de los Grandes Transparentes.

Anónimo dijo...

PD: Recordad que los asnos están en peligro de extinción. ¡Todo un símbolo!

Zsole dijo...

Seguiré con la idea del rapto:

Como decía, LC ha enviado a A hasta el taller. A quién debe raptar?
Quizá LC necesite ideas. Se ha quedado muy lejos e incluso aquella película en 3D le ha destronado.
Pero cómo ha llegado A hasta el taller. Es que acaso hay algún pasadizo que no hemos descubierto?
tengo una leve sospecha. Todos esos lápices estrafalarios no son gratuitos. O también, el cuarto X, el de al lado, aquel que permanece en reposo mientras en el cuarto Y - dónde escribimos - reboza de letras, rimas ridículas y otras para el bronce.
Yo voto por el rapto, aunque aún no tengo la claridad suficiente...

Anónimo dijo...

Es el archivo d euna biblioteca

Lautaro dijo...

Hay dos diccionarios, el de la Real Academia, a la izquierda, y el de uso del Español, creo que se llama, y son los dos tomos amarillos que aparecen a la derecha. Hay también un contraste temporal entre la máquina de escribir, y las zapatillas, que son unas Cámper de un modelo más o menos nuevo. Pero no sé dónde transcurre la historia, la verdad...

Rosa dijo...

Una historia transcurre entre quien la escribe y quien la lee, o entre el cuento y el escritor, o entre el cuento y su lector. Podríamos decir que es la experiencia que ocurre 'entre' los dos, o entre los tres-cuatro-o los que lean con-'juntamente'.
No hay papel en la máquina de escribir, no es una historia 'escrita' sino 'vivida', dinámica, la construye cada uno en su 'particular lectura'.

Clara Obligado dijo...

Sutil lo suyo, doña Rosa...

Anónimo dijo...

O entre el deseo undergroud y las Underwood Girls:


UNDERWOOD GIRLS

Quietas, dormidas están,
las treinta, redondas, blancas.
Entre todas
sostienen el mundo.
Míralas, aquí en su sueño,
como nubes,
redondas, blancas, y dentro
destinos de trueno y rayo,
destinos de lluvia lenta,
de nieve, de viento, signos.
Despiértalas,
con contactos saltarines
de dedos rápidos, leves,
como a músicas antiguas.
Ellas suenan otra música:
fantasías de metal
valses duros, al dictado.
Que se alcen desde siglos
todas iguales, distintas
como las olas del mar
y una gran alma secreta.
Que se crean que es la carta,
la fórmula, como siempre.
Tú alócate
bien los dedos, y las
raptas y las lanzas,
a las treinta, eternas ninfas
contra el gran mundo vacío,
blanco a blanco.
Por fin a la hazaña pura,
sin palabras, sin sentido,
ese, zeda, jota, i...

Pedro Salinas.

Unknown dijo...

Soy uno de los turistas que visitó el pueblo de Hipólito. Después de hacerme las fotos de rigor con los funcionariolugareños y de merendarme una de las raspas que intentaban zamparse los gatos, me he detenido en esta foto, y he leído vuestras soluciones al enigma. Muchos habláis de un espacio común: el taller de Clara. Pero, como a los turistas accidentales también nos es permitido frecuentar esta página, deduzco que la solución no es un lugar tan concreto, sólo conocido por unos pocos, sino un lugar más universal, incluso figurado. Al principio he pensado que se trata de un jeroglífico, o que tal vez “underwood”, literalmente “bajo la madera”, aludía a un casa en el bosque, una cabaña (un féretro sería terrible y hasta de mal gusto). Finalmente he decidido que la historia transcurre primero en la mente del escritor, representado por esos pinreles (magnífica palabra) que asoman por el borde inferior de la foto, después pasa al papel que se deslizará por la máquina de escribir, luego tomará forma de libro, que escapa de la estantería (tal y como se ve en la foto) para llegar al lector, que la reproduce en su mente. En todos estos sitios transcurre la historia. Maravillosos viaje.

Eloy

Unknown dijo...

Rectifico en parte mi respuesta: la máquina representa al escritor y los pinreles son del lector, que va al encuentro de los libros que se le ofrecen, ansiosos por ser leídos.

Palinka dijo...

Puede que una pista sean esos libros q sobresalen. Si, esos libros inapropiados para cualquier estanteria orgullosa de serlo, siempre impertinentes. Y es que todo el pictograma mantiene una ceremoniosa armonía solo alterada por esos libros. En definitiva si están ahí es porque se han merecido ese lugar pese a su tamaño indiscreto. Eso me llama la atención, me intriga... ¿Que habra en ellos? Y si vamos más allá...
¿ Porqué a su lado hay un hueco presumiblemente vacío? ¿Podría ser el lugar donde la máquina de escribir se esconde del polvo cuando nadie la mira?, o ¿quizás sea en ese lugar donde transcurre la historia y que todavía no se puede contar porque aun no ha pasado?. lo cierto es que hoy por hoy, todo y nada parecen posibles.

Zsole dijo...

Underwood Town (primera parte)
El señor T.X.W se había trasladado hacia poco a Qwerty Street. De origen alemán, T.X.W mantenía la costumbre de desayunar un trozo de kuchen con leche; y este era el momento más lúcido de cada día, pues cada vez que sacaba el trozo de pastel del tazón, las ondas que producía le evocaban nuevas ideas; pensamientos ingenieriles y artísticos que se debatían entre ellos. T.X.W tenía grandes sueños y uno de ellos era convertir el pueblo llano y blanco, en la capital de la cultura y las letras. Cada noche, recorría la Qwerty Street y mientras avanzaba, los pensamientos iban tomando forma de semicirculos o nubecillas que iban tiñendo cada calle, cada avenida. Tal era la lucidez, de T.X.W, que incluso le ponía nombre a cada nubecilla; las enumeraba y las colocaba en orden. Era capaz de recorrer todas las calles del condado de Underwood Town, y lo hacía en bustrófedon, para no perder ningún detalle. Pero al llegar a la Sholes & Glidden Avenue, era cuando el sueño se desmoraba y la mitad de la ciudad quedaba en blanco. Se le ocurrió que quizá haciendo modificaciones en su trayecto podía resolver el tema.

Ese mismo día, se fue hasta el Ayuntamiento y pidió cita T.U., el alcalde y dueño de Underwood Town. Charlaron largo rato. T.X.W. Le contó al alcalde sobre su plan maestro y de las deficiencias que encontraba a su paso. Hablaron de mejorar los trazados y fue entonces cuando salió a luz el nombre de "E.R and Sons".

Zsole dijo...

Underwood Town (segunda parte)
E.R., un viejo terrateniente, había cortado en dos la Sholes & Glidden Avenue, que aunque estaba dentro del territorio municipal, reclamaba que era propiedad de la familia desde hacía siglos. Nada podía hacerse.

Fue entonces cuando surgió el nombre de M.T. , un famoso ingeniero que vivía en un pueblo vecino y del cual se decía, construía las mejores obras por aquella epoca. Un hombre soñador y adelantado a su tiempo. Fueron a verle y convinieron en hacer una modificación al trazado. M.T., presentó unos planos que dejaron boquiabiertos a ambos hombres. Convinieron en que lo mejor era hacer un paso sobre nivel para hacer un “bypass” a la calle de “E.R. And Sons”. Se dieron un abrazo fraterno y brindaron a la salud de Underwood Town.

Al cabo de unos meses, la obra fue inaugurada con mucha expectativa y fue todo un éxito para el condado. Ahora, las calles además de recorrerse rápidamente, contaban con un “shortcut” para hacer “bypass” a la Sholes & Glidden. “E.R. And Sons”, quedaron prácticamente en el olvido y T.X.W., se dedicó a renombrar cada una de las 84 calles de Underwood Town.


Como toda historia, esto sólo fue un medio-final, pues unas décadas más tarde, un señor llamado R.T., buscaba un caracter especial y encontró en la “@” un punto de unión para pasar de las calles de asfalto, a las grande avenidas informáticas. Underwood Town, quedó también en el olvido aunque se rumorea que aún existen fanáticos y nostálgicos que aún habitan en ella.

Unknown dijo...

Esta historia está encerrada en el segundo treinta y cuatro, del minuto veintisiete, de la hora catorce, del día ocho, del mes de junio del año que transcurre. En una oficina del tercer piso del número siete de la calle Doce de Octubre del barrio más ruidoso de una ciudad abandonada.

No se sabe lo que pasó antes, pero los elementos sugieren lo que pudo haber pasado después.

Clara Obligado dijo...

¿y qué pasó después?

Unknown dijo...

La pregunta era "dónde", no "qué" o "cómo". Como me sentía generosa, pensé que podría resolver también el "cuando" porque según como se lo mire "cuando" puede ser un dónde... Pero para "qué" y "cómo" Il va faloir nous tartiner avec autre premio, ma chère!

Pax Augusta dijo...

Transcurre en un espejo, en concreto es un reflejo. Se dio cuenta que las gafas underwood las tenía torcidas, se las colocó bien, y se retiró el mechón de pelo rojo y negro que le caía sobre el ojo carrete. Sonrío, viendo su perfecta dentadura, alineada de la q a la m. Pulsó la barbilla, barra espaciadora, para dejar hueco en su cuello y tragar saliva. La cita le ponía nervioso. Sacudió los lomos de su camisa, dejándoles fijos y esplendorosos. Parecía que todo estaba bien, sólo el dobladillo del pantalón sobresalía, era de una tela de ediciones modernas, con unas medidas no convencionales. Observó los zapatos, estaban limpios. El escritor ya podía llevar en mano a la editorial su manuscrito.

Saludos,
Gus

Rosa dijo...

Lo escrito se ha independizado de su autor, tiene vida propia y ahora hace su propio camino.
La historia transcurre ahora en cualquier lugar en el que lo escrito y el lector se encuentren. Cualquier espacio, cualquier tiempo o todos juntos son el 'dónde transcurre la historia'.

María del Pilar dijo...

Esta historia no transcurre porque está prisionera en una imagen.
Pero si el tiempo de la imaginación la atravesara con sus filtros del deseo, se despertaría para ella, quizá, la inmortalidad. Y solo entonces podría transcurrir en cualquiera de los universos donde todo es posible. ¿Dónde se situarían semejantes coordenadas? En los zapatos del autor. Dispuestos a sortear su vértigo blanco frente a todas las combinaciones que le ofrecen las teclas de esa máquina. Infinitas palabras. Infinitas historias. Delante de esa Underwood, todo, absolutamente todo, es posible.
Y en el taller verde, rosa o incoloro, también.

Anónimo dijo...

Estelle Oldham, casada con W. Faulkner, fue la primera mujer que usó esa máquina de escribir. En realidad, mientras su marido se dedicaba al periodismo, ella escribía las novelas, relatos y poemas que él firmaba. Con sólo acercarse a las underwood girls, las mujeres que fueron heredando la máquina escribían relatos celebrados por la crítica como si fueran del propio Faulkner. A su muerte, su última propietaria se instaló en Madrid y trajo con ella la máquina de escribir para narrar la vida de las mujeres que la precedieron y revelar el secreto.
Pero murió antes de poder iniciar su proyecto y la máquina enmudeció hasta que Clara Obligado la encontró en un rastrillo y la Underwood le narró su historia.
Por eso han tenido y tienen tanto éxito sus novelas, relatos y poemas porque la máquina escribe sola.
Es la propia Clara la que trata de alcanzarla para escribir su nueva novela: la verdad sobre el caso Underwood.


Retrato de Estelle Oldham
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/c/ca/Woman_with_Underwood_typewriter.jpg