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10.7.09

Viajes y literatura




Antes de cerrar la maleta, sentada frente al ordenador, me pregunto cuál es la relación entre la escritura y los viajes. ¿Es el viaje una forma de escribir la vida? ¿Es la literatura una forma de escribir el viaje? En todo caso, mientras controlo el peso de las maletas, junto los libros que tengo que llevar me prometo que este verano, sí, este verano voy a escribir. Con este propósito muchos de nosotros comenzamos nuestras vacaciones. Seguiré desde mi invierno veraniego, desde el sur del sur. ¿También vosotros os sentís así, con todas las historias por delante?   

Clara 




14 comentarios:

Pilar Gómez Esteban dijo...

Siempre me he preguntado si cuando vas a Argentina te cambia la inspiración por aquello de que estás cabeza abajo. En cualquier caso, que disfrutes (escribiendo, que es tu manera), que trabajes (mirando la ciudad y pensando cuántas casas se podría uno comprar en el barrio de la Recoleta) y que sepas que te echamos de menos cuando no estás y que deseamos tu vuelta, "madrileñita"

Julieta González Obligado dijo...

las vacaciones están bien para hacer todas esas cosas que nos gustan y que son creativas, esas que no tenemos tiempo durante el año, cuando hay tanto de por medio, pero muchas veces no cumplimos con nuestros propósitos y nos sentimos culpables. Claro que también son vacaciones, ¿no?

carmen peire dijo...

las vacaciones...¡claro que me dan para escribir! Mucho más que en cualquier otra época. Me encierro en un pueblo del norte, ordenador y libros, playa y marisma, no me molesta nadie, no estoy conectada a internet y, según viajo, todos los problemas cotidianos y laborales van viajando también hacia atrás, desaparecen. En su lugar, palabras, historias, viajes interespaciales,empiezan a saturarme y tengo que descargar antes de que me estalle la masa encefálica. Suena gore, pero lo siento así. Benditas vacaciones para los que escriben, para los que leen, para los que simplemente vegetan, y felices para los que hacen las tres cosas... y más...
Carmen Peire

Anónimo dijo...

Desde que tengo uso de razón el viaje ha sido siempre el espacio-tiempo perfecto para escribir. Aligerada de la realidad, subida en las alas de esa ausencia de compromiso con ella que la errancia impone, la fantasía y la imaginación cobran fuerza, y sus producciones inundan de modo especial nuestra conciencia, abierta más que nunca a ellas. El cuaderno de viaje es tan imprescindible como un oído atento a nuestros sentidos y a las nuevas experiencias que surgen a la vuelta de la esquina.
Creo que ha sido durante los viajes cuando me han surgido las mejores historias; de improviso, como si fuesen ellas quienes viniesen a mi encuentro. Ya lo decía Aristóteles y los peripatéticos: no hay nada como caminar para aclarar los pensamientos.
Aprovechemos este verano para pescar historias submarinas, deseosas de salir a la superficie de nuestros procelosos océanos internos para respirar.

Lola López Mondéjar

Clara dijo...

ya veo dónde imaginaste los cuentos de "El silencio mudo de los peces"... Hay una ambigüedad en tu mensaje que me gusta, y es la siguiente: ¿las historias son las que están deseosas de salir a la superficie para respirar o nosotros somos, los que las escribimos, quienes respiramos cuando logramos que emerjan?

flis dijo...

Este año ha sido especialmente creativo en cuanto a escribir y espero que las vacaciones también lo sean y encuentre un libro de esos que hacen que desees que el día tenga más horas porque te enganchan y que justifican que dejes de lado cosas como las oposiciones. Muuuuuuchos besos y muuuuuchas vacaciones para tod@s y especialmente para ti, Clara.

Clara dijo...

yo estoy entusiasmada con Alice Munro, la cuentista canadiense cuyos libros ahora se pueden encontrar con bastante facilidad. Es una escritora compleja y densa, pero apasionante, de las que te trastornan. Me la llevo de viaje y te la recomiendo, aunque no es lo que podríamos definir como "lectura veraniega" Buenas vacaciones para ti también, y muchos buenos ratos de escritura.

Nuria Sierra dijo...

Mis vacaciones son siempre un retorno a la infancia, a la playa de mis primeros años, de mi adolescencia, de los amigos cada vez más viejos y perdidos, de las marismas de mi memoria, de los atarderes infinitos, de una claridad imposible que va mutando según la hora del día, de los antepasados muertos sentados en la terraza, del cajón de anécdotas que es difícil cerrar.
Lo siento Clara, Munro tendrá que esperar al otoño; este verano toca algo comercial y mucho parto de letras, eso sí lo prometo.

Clara dijo...

he leído a Alice Munro en el avión que me trajo a Buenos Aires y me ha hecho olvidar hasta del miedo que me da volar. Pero Nuria, te comprendo, los placeres a veces son mayores si se espera, y tampoco está mal el plan que tienes para el verano. Es genial aprovechar de un tiempo vacío para escribir, disfrutaré de esos textos cuando todo vuelva a ser, digamos, normal. Yo también pretendo escribir aunque, con tanto frío, no sé qué decirte. Vaya un abrazo fuerte y espero que sea un verano muy productivo. Pensándolo un poco, creo que esa historia que te cayó literalmente sobre la cabeza es una señal de lo fértil que será tu vida literaria en los próximos tiempos. O pensémoslo así, que resulta estimulante.

Anónimo dijo...

Hola:
Lo último que hago cuando estoy de vacaciones es escribir. No puedo hacerlo cuando hay sensaciones que me distraigan de por medio.Prefiero reposar estas y dejarlas que salgan en el mundo cuadriculado de mi casa, mi ordenador, con esa barrita negra intermitente sobre la pantalla que a veces me pone nervioso porque no hace otra cosa que decirme "¿Vamos, a que estás esperando?". Quizas es un poco kafkiano, pero asi es como escribo y me temo que no voy a cambiar...
Un cordial saludo y buen verano a todos los integrantes del taller.

Rafael Prieto Quirós.

Clara dijo...

algo de razón tienes, Rafael, muchos escritores escriben encerrados, nada de vistas al mar ni preciosos paisajes. Yo misma, ahora, en un día porteño de puro sol he colocado el ordenador mirando hacia la pared, no sea que la belleza me distraiga... Pero, si no es en vacaciones, ¿cuándo encontraré tiempo para escribir sin que nada ni nadie me interrumpa? ¿cuándo podré navegar sin escollos por lo que realmente siento?

elisabeth bertran dijo...

¿Vacaciones y escritura? En general si, y no, las vacaciones de verano en general para mi son sinónimo de lectura, amigos, viajes ,cambio, recapitulación y reflexión. Es cuando salgo de mi propia realidad, de mi día a día. Un un momento en el que suelo dejar que las experiencias me invadan sin intentar controlar demasiado para que algún día, porqué no, asomen en un escrito. Hoy por hoy y una vez acabada mi última novela, el cuerpo me pide desconexión total. Pero como la intención es meterme en un nuevo proyecto creo que no lo voy a conseguir. Felices vacaciones a Clara desde el torrido Madrid a tu patria gélida (brrr) Aunque experimentando estos dias no se lo que prefiero... Y feliz descanso a todos los demás.

Unknown dijo...

Hace ya unos cuantos años que mis vacaciones transcurren sólo en Buenos Aires o en Québec, el resto de la geografía se desdibuja año tras año.
Conseguí a Mavis Gallant en una librería de Montreal, es la otra canadiense que te comenté en el taller. Seguramente terminaré traduciendo, al menos ese cuento que me gustó tanto, pero justo ahora llevo ritmo de nube sin viento… más probable que me deshaga a que me mueva. Es que nunca termino de entender lo de las sandías en agosto. Y escribir... ¡poco poquísimo!

Qué bueno, ¡no sabía que había blog!

Clara dijo...

hola, Mariana, bienvenida, a ver si te animas con esa traducción, después de lo que estoy disfrutando con Alice Munro me imagino que habrá muchas otras escritoras canadienses que no he leído y que merecen la pena. Nada mejor que encontrar un libro de alguien desconocido que nos guste, y pensar que tenemos muchos otros por delante...